Continuación de la primera entrega.
(…)
Por eso bailamos bajo la luna
al son de una orquesta de grillos,
al resguardo de los búhos
entre lobos asustados,
bailamos descalzos
hasta despellejarnos los pies
y bailaremos toda la noche,
como si nada pudiera pasarnos,
como si mañana tuviéramos
que volver a encerrarnos
y abrazarnos a los postigos.
(…)