Con el 21 de marzo llega el Día Mundial de la Poesía, que nos vuelve a coger en pandemia y esta vez semiconfinados, o más bien perdidos en la contradicción de que debemos quedarnos en casa y a la vez salvar el consumo. Lo celebro, en mi caso, muy agradecido porque mi podcast favorito, Sabihondas, haya cogido un poema mío para su programa especial dedicado a este día.
Para terminar de contribuir a la causa, he rescatado otro texto de mi único poemario, Barro, para recordar aquellos versos vertiginosos que me lanzaba a garabatear con 20 años, durante las clases en la facultad y totalmente imbuido por la escritura de Eduardo Galeano. Quiero creer que esto, el texto que abría el poemario, era una especie canto fundacional o a saber.
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